El arzobispo de Manaos, cardenal Leonardo Ulrich Steiner, uno de los 133 electores que participaron en la elección del Papa León XIV, compartió con el clero de la arquidiócesis sus experiencias durante el Cónclave y las congregaciones generales anteriores.

Conocer el estado de la Iglesia en el mundo

Inició sus palabras con la oración que los cardenales electores rezaron antes de entrar en la Capilla Sixtina. Una oración que, según el arzobispo de Manaos, resume el carácter eclesial de la elección del Romano Pontífice. El Cónclave fue precedido por las congregaciones generales, donde cada cardenal, tras prestar juramento, pudo intervenir. El objetivo principal de estas reuniones preliminares fue conocer el estado de la Iglesia en el mundo, revelando la enorme riqueza expresada por los cardenales de más de 70 países, que muestra cómo la Iglesia se está inculturando en diferentes realidades.

Los cardenales pidieron que el Papa fuera "alguien que diese continuidad al Concilio Vaticano II como lo hizo el Papa Francisco", destacó el Cardenal Steiner, enfatizando la necesidad de continuar con sus propuestas evangelizadoras. El arzobispo de Manaos subrayó la importancia de la homilía del Cardenal Re en el funeral del Papa Francisco, que "logró traer algunos elementos importantes del pontificado del Papa Francisco", enfatizando que "la reacción en la Plaza de San Pedro a lo que dijo, resonó posteriormente en las congregaciones", dado que "los fieles saben hacia dónde debe ir la Iglesia". Las congregaciones generales fueron un momento para que los cardenales se conocieran, intercambiaran ideas y descubrieran el perfil de la persona que podría ayudar a liderar la Iglesia.

Toda la Iglesia presente en el Cónclave

Tras la Misa pro Elegendo Pontífice, en la mañana del 7 de mayo, los cardenales se aislaron en la Casa Santa Marta. Por la tarde, se dirigieron a la Capilla Paulina, siendo ubicados según la fecha de su creación cardenalicia y según los tres órdenes dentro del Colegio Cardenalicio: obispos, presbíteros y diáconos. El cardenal Steiner destacó la casi media hora de silencio que se guardó en ese momento antes de que el cardenal Parolin iniciara el Cónclave y la procesión hacia la Capilla Sixtina. Para el arzobispo de Manaos, este fue el momento más emotivo y significativo, con el canto de las Letanías de Todos los Santos, demostrando así que “toda la Iglesia estaba presente. La Iglesia no como organización, sino como Reino de Dios, como Pueblo de Dios”.

Algo que el cardenal considera muy importante, “porque se invoca a quienes ya han peregrinado, a quienes ya han recorrido el camino, a quienes ya han vivido el Evangelio, a quienes ya han experimentado la grandeza del Evangelio”, enfatizando que este es un momento eclesial. Inmediatamente después, se invocó al Veni Creator, “renovando la sensación de que no somos nosotros quienes estamos allí, sino la Iglesia”. El hecho de que los cardenales llevaran vestimentas litúrgicas se explica por el hecho de que “no es una votación, es una celebración”, afirmó.

Aplausos prolongados

Hizo un breve recuento de los elementos que forman parte de la votación, destacando como algo impresionante el hecho de votar ante el Juicio Final. En la cuarta votación, al anunciar los 89 votos necesarios para ser elegido, prolongados aplausos se escucharon en la Capilla Sixtina y todos los cardenales se pusieron de pie. En ese momento, dijo el cardenal Steiner, “se percibe la enorme importancia de Pedro para la Iglesia católica”. Tras el recuento, el cardenal Parolin preguntó al cardenal Prevost si aceptaba. Él aceptó y dijo que se llamaría León, siendo posteriormente saludado por todos los cardenales y oficiales ceremoniales de turno, ya con las vestimentas del Papa.

Aunque trabajó con el cardenal Prevost en el Sínodo sobre la Sinodalidad y en un grupo de trabajo creado en torno al Sínodo para abordar el nombramiento de obispos, el cardenal Steiner afirmó que una vez que se pone las vestiduras del Papa, "parece que tiene una autoridad que no se veía antes". El cardenal insiste en que el Cónclave "es una experiencia única".

Con el estilo latinoamericano

El arzobispo de Manaos destaca que el nuevo Papa “tiene mucho del estilo latinoamericano: es muy sencillo, muy cercano a la gente, es un hombre que escucha mucho. No habla mucho, pero después de escuchar, toma decisiones”. Según el cardenal Steiner, “estas virtudes le ayudarán a liderar la Iglesia”, enfatizando que “continuará las iniciativas del papa Francisco”. El Papa se reunirá con los cardenales una vez al año, y desde la primera reunión con ellos, el 10 de mayo, ha querido escucharlos, preguntándoles qué debe hacer la Iglesia de ahora en adelante. El cardenal insistió en que el Papa León XIV será alguien que “escuchará antes de tomar ciertas decisiones”.

De las conversaciones previas al Cónclave, el arzobispo de Manaos destaca lo admirable que fue que “los cardenales insistieran en que la Iglesia necesitaba a alguien que fuera pastor y que tuviera una profunda experiencia en el pastoreo de una diócesis”, algo que considera decisivo para su elección. Sin embargo, más que fijarse en la procedencia del nuevo Papa, los cardenales querían a alguien preocupado por “la cuestión de los pobres, la cuestión de la paz”.

Un Papa que escucha

En cuanto a la sinodalidad, el cardenal Steiner comentó que, en el grupo que abordó el tema de la elección de obispos, el cardenal Prevost había insistido en la necesidad de escuchar a los consejos pastorales diocesanos para indicar el perfil del obispo que la diócesis necesita. Una sinodalidad que el arzobispo de Manaos percibió en su discurso a los fieles de la diócesis de Chiclayo poco después de ser elegido, de quienes dijo haber aprendido mucho, destacando así la cuestión del sensus fidei. De hecho, como obispo en Perú, escuchó mucho a las comunidades, tomó notas y aprendió de la experiencia de fe que la gente tiene en las comunidades, lo que ve como una enseñanza, una especie de Magisterio.

El cardenal Steiner ve al Papa León XIV como alguien de entre los pobres, afirmando que “quien ha vivido entre los pobres no sale del lugar igual”. Más que unidad, el arzobispo de Manaos afirmó que los cardenales hablaron más de comunión, que se da en las diferencias. En este sentido, enfatizó la necesidad de la comunión con el ministerio petrino, para recuperar elementos que ayuden a profundizar la comunión, que “acoge las diferencias teológicas y eclesiales, pero no puede acoger la no aceptación de quien fue elegido como sucesor de Pedro”.